Cepas Ancestrales
Durante siglos se ha refugiado en el Valle del Itata uno de los mayores patrimonios en el cultivo de diferentes cepas y su vinificación.
Cerca de 40 variedades se han identificado en este secano de la región de Ñuble, las que han dado vida a un oficio de tradición, traspasado de generación en generación.
Provenientes de diferentes partes del mundo, cada cepa tiene su historia para llegar a este escondido secano en Chile. Conquistas, misiones y terremotos de alzan como los principales hitos donde el cultivo del vino se activaba para ser el centro de la economía local.
Por siglos, poco se supo de sus nombres y características. Simplemente “tintos y blancos” que daban la materia prima para la producción del “pipeño”, el vino campesino típico chileno de elaboración artesanal.
CEPAS
De origen español, se calcula la llegada de la Uva País a Chile en el siglo XVI, con los misioneros que necesitaban de su producción para la celebración de la misa. Producida principalmente en las zona del Maule, Ñuble y Biobío, esta cepa ancestral tinta que por siglos dio fruto a los vinos más consumidos en el país. Más tarde, el arribo de otros tipos -específicamente franceses- como el Cabernet Sauvignon y el Merlot redujeron su popularidad y reconocimiento masivo.
De nobles características, esta cepa es reconocida por su robustez y aroma frutal.
Esta cepa es la cuarta uva tinta más plantada de Francia. Se cultiva en diferentes valles del mundo, con especial presencia en el Valle del Itata en Chile, donde llega a mediados del siglo XX como una donación francesa para apoyar la recuperación luego del terremoto de 1939.
En Chile le conoce como cargadora, dada la abundancia de racimos y se registran más de 796 hectáreas principalmente en las zonas de Coelemu, Guarilihue y Portezuelo.
Es una variedad típica mediterránea, que se da muy bien entre sol y la influencia del mar. Por lo mismo, una cepa emblemática para el clima del Valle del Itata. Al igual que la uva país, su llegada se remonta a la época de la conquista española. Está es una cepa tan antigua que los expertos creen que es de las pocas que han persistido en la historia sin modificar genéticamente.
Con esta variedad se elaboran vinos blancos secos, dulces y blancos espumosos, tanto monovarietales como multivarietales.
Torrontés (en Chile conocida como Torontel) es el nombre dado a algunas variedades de uvas blancas provenientes de España, Portugal y Argentina . En el caso chileno, se cree que la cepa presente es principalmente riojana (España).
Sus propiedades aromáticas y alcoholes de gran calidad la han hecho también una cotizada uva para la producción de pisco en Chile y Perú.
La semillón (en francés, sémillon) es una variedad vitífera francesa. Es cultivada en Francia, Portugal, Israel y en varios países del Nuevo Mundo. Sus orígenes no son claros pero se reporta su llegada al continente americano hacia el siglo XIX. Su auge de producción en Chile se registra hacia 1950.
Su piel fina hace que sea una uva de maduración temprana y, por lo mismo, ideal para zonas de días soleados y noches frescas. Es una uva perfecta para confección de vinos dulces ya que, como pocas, tiene la cualidad de pudrirse noblemente.